martes, 17 de febrero de 2015

La madre


Amor áspero y delicado.
La madre ase al niño
fuerte y cansada.
En la memoria que alarma
habitan los olores.
Danza ágil en el aseo,
torpe vuela por la escalera.
Habita el cariño
en sus labios férreos.
¡Oh mujer qué fue del tiempo!
Prende el cuerpo
que fue suyo,
con firmeza lo besa,
protege al niño.
¡oh vitalidad mujer!
¡oh belleza!
Rumores de sacrificio
en una vida propia
que es suya
y no de su hijo.

Dedico esta poesía a todas las mujeres que han decidido en algún momento hacerse cargo de una vida ajena, con sacrificio de todo tipo. Hoy en un momento de abstracción observaba mis manos y cómo han cambiado después de llevar casi cuatro meses cuidando a dos niños. Antes eran suaves, sin marcas, salvo las de la infancia y juventud. Ahora se han vuelto algo ásperas, con cortes, algo fatigadas, pero que sin descanso, más fuertes se han hecho. Recuerdo a mis hermanas cuyas experiencias me confiaron, no les di importancia en su momento, y hoy veo el precio del amor y el cuidado, del trabajo desinteresado.


1 comentario:

  1. Críptico, personal, para ti. En todo caso sigue escribiendo con idea de "ser distinta, original" y pensando que también va a ser leído. TONIO

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